Contaminación Atmosférica
De acuerdo a la Ley 19.300 de Bases del Medio Ambiente, la contaminación se define como la presencia en el ambiente de sustancias, elementos, energía o combinación de ellos, en concentraciones o concentraciones y permanencia superiores o inferiores, según corresponda, a las establecidas en la legislación vigente.
En tanto, la contaminación atmosférica corresponde a la presencia de contaminantes en la atmósfera, tales como polvo, gases o humo en cantidades y durante periodos de tiempo tales que resultan dañinos para los seres humanos, la vida silvestre y la propiedad. Estos contaminantes pueden ser de origen natural o producidos por el hombre directa o indirectamente.
Los equipos de combustión domiciliaria (a leña, pellet, parafina y gas) para cocinar y calefaccionarse, los vehículos de motor, las instalaciones industriales y los incendios forestales son fuentes habituales de contaminación de aire. Los contaminantes más preocupantes para la salud pública son el material particulado, el monóxido de carbono, el ozono, el dióxido de nitrógeno y el dióxido de azufre.
En todo el Sur de Chile, la principal causa de la contaminación atmosférica es el inadecuado y excesivo uso de calefacción a leña en los hogares. Esta, se encuentra asociada a la mala calidad del combustible o utilización de leña húmeda, sistemas de combustión muy antiguos y de baja eficiencia, y escasa aislación térmica de las viviendas. Lo anterior, sumado a la poca sensibilización y conocimiento ciudadano, provocan en su conjunto numerosas emisiones desde cada una de las viviendas de las ciudades. La combustión de leña residencial es la causante central de la emisión de material particulado fino (MP2,5), aumenta de norte a sur debido a la mayor demanda energética en las zonas más lluviosas y frías del territorio.
La exposición a altos niveles de contaminación del aire puede causar una variedad de efectos adversos a la salud. Está relacionada a eventos de mortalidad prematura y admisiones hospitalarias, afectando especialmente a personas mayores de 65 años, menores de 8 años, y aquellos que presentan problemas de salud de carácter crónico (respiratorio y cardiovascular). Por otro lado, la contaminación atmosférica es responsable de producir impactos negativos en los ecosistemas, al contribuir con procesos como la lluvia ácida, el agotamiento de la capa de ozono y la generación de smog fotoquímico, además de contribuir al cambio climático.